Tiemblo, grito, lloro, deseo, muero, mientras nervioso volteo a todos lados, buscando nada. Una nada que esta rodeandome, y no solo rodeandome si no lentamente encerrándome más y más. Las palabras de consuelo y fuerza que me digo aparentemente no sirven de nada porque no me las creo. Los miedos que nunca he conocido aparecen frente a mi atormentándome terriblemente. Me siento desorientado, perdido, confuso e inclusive sólo.
Estoy sólo. Nadie me puede escuchar desde aquí. Mi propia voz parece un susurro lejano al cual no le pongo mucha atención. Es en este lugar donde pierdo identidad y conocimiento de mi persona, donde todo es un misterio y el sentido se dispersa. Es aquí donde he dejado de explorar por miedo a encontrar algo que no me guste. Esta es la única grieta que he dejado a mi verdadero yo, el cual queda oculto bajo un yo externo que todos ven. Es entonces tras lo superficial y lo propio que se encuentra este mínimo rincón.
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