Quien hubiera creido, que de una casualidad, de unos momentos de ocio, podrian encontrarse dos personas para compartir tanto tiempo, platicas, ideas y sentimientos. El tiempo corre como la suave brisa del mar, acariciandonos con cariño, elevandonos en sueños. Yo me siento alucinado, felizmente alucinado, envuelto en una capsula que deja a los demás de fuera, pero que no los borra. Los deja de fuera, observandonos y envidiando lo que poco a poco se va creando, lo que ha llegado y crecerá. La vida me ha sonreido, me ha deslumbrado, y no podria estar mas agradecido, los sueños al parecer, si se vuelven realidad.
lunes, 19 de mayo de 2008
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